¿Qué es un absceso hepático?
Un absceso hepático es una bolsa de pus que se forma en el hígado. Para evitar problemas graves, debe tratarse de inmediato.
¿Cómo sucede un absceso hepático?
Un absceso hepático suele producirse por una infección causada por gérmenes tales como bacterias, parásitos u hongos. El tipo de germen determina qué tipo de absceso hepático es:
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Las bacterias causan un absceso hepático piógeno
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Los parásitos causan un absceso hepático amebiano
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Los hongos causan un absceso hepático fúngico
Esta infección puede:
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Haberse propagado a su hígado desde otras estructuras de su abdomen, tales como la vesícula, los conductos biliares, el intestino o el apéndice
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Haber viajado por su torrente sanguíneo hasta su hígado desde zonas más alejadas dentro de su cuerpo
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Haber aparecido después de una cirugía o una lesión en su hígado
Síntomas de un absceso hepático
Los síntomas de un absceso hepático pueden tardar entre dos y cuatro semanas en aparecer. Entre ellos, se encuentran los siguientes:
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Fiebre, escalofríos o sudoración
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Malestar general o sentirse enfermo
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Dolor en la parte derecha superior de su abdomen
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Pérdida de peso
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Falta de apetito
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Náuseas, vómitos o ambos
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Diarrea, estreñimiento o ambas cosas
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Tos
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Dolor en el pecho o en el hombro
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Color amarillento en los ojos y la piel (ictericia)
Tratamiento de un absceso hepático
El tratamiento dependerá del tipo de absceso hepático que tenga. Para saber qué tipo es, su proveedor puede introducirle una aguja a través de la piel para llegar hasta el absceso. Le extraerá una muestra de pus para examinarla. Se realizan análisis de sangre y cultivos de la sangre para detectar infección. También le harán pruebas de diagnóstico por imágenes, como una ecografía, una tomografía computarizada o una resonancia magnética para evaluar el hígado. En muchos casos, el tratamiento comienza en el hospital y continúa en su casa. El tratamiento puede incluir lo siguiente:
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Tomar medicamentos; por ejemplo, antibióticos. Pueden administrárselos directamente en una vena (vía intravenosa o IV) del brazo o la mano. O puede ser que deba tomarlos por boca. Puede que necesite estos medicamentos por algunas semanas o más.
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Drenar el pus del absceso. El proveedor de atención médica puede hacer esto con una aguja o un tubo (catéter) que le introducirá a través de la piel. En casos graves, el proveedor de atención médica puede hacerle un corte (incisión) en la piel para llegar al hígado.
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Hacerse pruebas de diagnóstico por imágenes después del tratamiento. En muchos casos, su proveedor de atención médica le indicará pruebas de seguimiento para ver cómo está su hígado después del tratamiento. Es frecuente que se hagan ultrasonidos (ecografías), tomografías computarizadas (CT, por su sigla en inglés) o resonancias magnéticas (MRI, por su sigla en inglés).
Posibles complicaciones de un absceso hepático
Entre ellas, se incluyen las siguientes:
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Estallido (ruptura) del absceso
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Infección que se propaga a otras partes del cuerpo, como la sangre, el abdomen, los pulmones, el corazón, el cerebro y los ojos
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Muerte
Cuándo llamar al proveedor de atención médica
Llame de inmediato a su proveedor de atención médica si nota alguno de los siguientes síntomas:
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Los síntomas, tales como fiebre o dolor, no mejoran con el tratamiento, o empeoran
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Piel u ojos amarillentos (ictericia)
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Nuevos síntomas; por ejemplo, problemas para respirar
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