Lesión de la médula espinal (LME): el control de los intestinos
Después de sufrir una LME, es probable que los intestinos no funcionen de la misma forma que antes. Para adaptarse a los cambios y controlarlos, el equipo de atención médica lo ayudó a crear un programa intestinal que debe seguir de forma regular. Depende de usted poner en práctica este programa. De esta manera, podrá mantenerse activo, en contacto con los demás y saludable.
Una LME provoca cambios en los intestinos
Una LME puede dañar los nervios que participan en la función de los intestinos. Como consecuencia, es posible que no se dé cuenta de cuándo necesita evacuar. Cómo se ven afectados los intestinos dependerá del nivel y de la gravedad de la lesión:
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Una LME en un nivel superior de la espalda (en el nivel T12 o más arriba) puede causar un intestino espástico (reflejo). Con este tipo de problema, se activa un reflejo cuando los intestinos están llenos. Esto hace que los intestinos se vacíen por sí mismos, lo que provoca accidentes.
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Una LME en un nivel inferior de la espalda (debajo del nivel T12) puede causar intestinos flácidos. Con este tipo de problema, el músculo alrededor del ano permanece abierto, pero los intestinos tienen dificultad para vaciarse por sí mismos. Las heces deben eliminarse manualmente para evitar fugas y que los intestinos se bloqueen con demasiadas heces.
Consejos para lograr un programa intestinal exitoso
Un programa intestinal le proporciona un mayor control del funcionamiento de los intestinos. Esto lo ayuda a tener evacuaciones intestinales habituales con menos accidentes. Además, permite reducir las complicaciones. La clave del éxito de su programa intestinal consiste en lo siguiente:
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Siga las indicaciones de su rutina intestinal. Tendrá una rutina intestinal para seguir todos los días y eliminar las heces de los intestinos. La frecuencia de la rutina variará a medida que descubra qué funciona para usted. La mayoría de las rutinas intestinales llevan entre 45 y 60 minutos. El equipo de atención médica colaborará con usted para que pueda cumplir con todos los pasos de la rutina intestinal de manera segura y correcta.
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Cumpla con el programa de cuidado intestinal. Seguir una rutina intestinal con un programa lo ayuda a volver a entrenar su intestino para que tenga evacuaciones habituales. Esto disminuye el riesgo de accidentes. Puede que también le resulte útil llevar un registro del cuidado intestinal para controlar qué tan bien está funcionando su rutina intestinal.
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Siga las instrucciones de dieta que le den. Lo que come y bebe afecta el funcionamiento correcto de los intestinos. Tal vez deba aumentar el consumo de fibra. La fibra le agrega volumen a las heces y hace que las hace sean más suaves y fáciles de evacuar. Quizás deba evitar ciertos alimentos que le generen gases o que suavicen demasiado las heces (diarrea) o las endurezcan (estreñimiento). Es posible que deba beber mucho líquido todos los días. El agua es la mejor opción.
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Haga ejercicio de forma regular. Mantenerse activo ayuda a que las heces se muevan a través de los intestinos. Esto disminuye las probabilidades de tener un estreñimiento o una obstrucción. Es posible que le enseñen ejercicios de amplitud de movimiento y cambios de posiciones que facilitan los movimientos intestinales.
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Tome los medicamentos según lo indicado. Es posible que le hayan recetado medicamentos para estimular las evacuaciones durante la rutina intestinal. Puede que le receten ablandadores de heces. No use laxantes sin consultar al proveedor de atención médica antes. Esto puede empeorar los problemas intestinales a lo largo del tiempo. Los opiáceos (narcóticos) ralentizarán el proceso intestinal y empeorarán el estreñimiento.
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Visite al proveedor y al equipo de atención médica de manera regular. Esto ayudará a controlar su salud. Si necesita modificar cualquier parte del programa de cuidado intestinal, infórmeselo de inmediato al proveedor de atención médica. Juntos, podrán asegurarse de hacer modificaciones que se adapten a sus necesidades.
Cuándo llamar al proveedor de atención médica
Llame al proveedor de atención médica de inmediato si tiene alguno de los siguientes signos de problemas en los intestinos:
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Fiebre de 100.4 °F (38 °C) o superior, o según lo que le haya indicado el proveedor
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Heces duras, blandas o líquidas
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Heces alquitranadas y negras
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Sangrado del recto
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Dolor de estómago
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Hinchazón o endurecimiento del estómago
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Náuseas o vómitos
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Pérdida de peso
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Pérdida del apetito
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Dolor de cabeza punzante (puede ser un síntoma de DA)
Nota: La disreflexia autónoma (DA) es un problema que puede ocurrir en las personas con LME. Causa un aumento repentino de la presión arterial que puede ser peligroso si no se recibe un tratamiento. Los problemas intestinales pueden generar DA. El proveedor le hará saber si está en riesgo de DA o qué hacer si sucede.
Busque apoyo
No permita que, a causa de la lesión o del problema intestinal, no pueda vivir una vida plena y activa. Puede que su cuerpo haya atravesado algunos cambios, pero usted sigue siendo la misma persona. Y puede seguir haciendo muchas de las cosas que le encantan. Estas actividades incluyen trabajar, practicar deportes y salir con sus amigos o su pareja. Si necesita más ayuda, avise al equipo de atención médica. Si es necesario, pueden derivarlo a un asesor o terapeuta. Además, solicite ayuda de sus familiares y amigos, y hágales saber cómo se siente. Quizás también sea de ayuda que se una a un grupo de apoyo. Estos grupos le permiten hablar con otras personas que están atravesando una experiencia similar a la suya.
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